En una era en la que la desinformación avanza en internet a través de nuevas tecnologías a un ritmo que ni la misma sociedad de los países industrializados llega a adaptarse. Se vuelve necesario e indispensable comprobar la veracidad de las fuentes de comunicación y contenido de los artículos, noticias, vídeos y reportajes que consumimos cada día.
Ante este contexto, la responsabilidad que asumimos los comunicadores es sumamente importante como narradores de contenidos o historias, en los tiempos que vivimos, debemos ser conscientes y éticos ante el impacto social que podemos causar y el poder de la comunicación, sobre todo la comunicación audiovisual.
A pesar de la situación de crisis que atravesamos, cada vez más se demanda un mayor número de profesionales dentro del campo de la comunicación en la cooperación internacional. Organismos, instituciones y ONG necesitan cada vez más de realizadores audiovisuales y nuevos narradores transmedia capaces de conocer el rol, función y utilidad de la comunicación en los proyectos sociales, y sobre todo, de poner en valor y divulgar estos proyectos a través de los medios de comunicación.
La comunicación audiovisual en el campo de la cooperación es mucho más que comunicar, no se trata solo de un reportaje o nota de prensa, es la vía que garantiza que el impacto de los proyectos ocurre.
Tal vez debemos cuestionarnos cómo personas, entidades, organismos, instituciones y ONG`s si, ¿Deberíamos velar por la calidad y responsabilidad de los contenidos que comunicamos?, en un mundo en el que el compromiso con lo social y con el medio ambiente, representan los caminos hacia un desarrollo sostenible. Sin duda, no se trata solo de aprender un nuevo lenguaje y contar historias, sino de ofrecer en los medios de comunicación un verdadero contenido de calidad, responsable y con valores en una era cada vez más sobresaturada de información.